Para la tercera Vicepresidencia

Pablo Ruiz Aguirre

Se ha conmocionado la sociedad, como es de esperarse, por el morbo que enclaustrado lo tenemos en nuestra manera de pensar, por el escándalo de los diezmos, ahora por supuesto de la vicepresidenta. Hago un paréntesis, recordándonos que también nos asustamos de lo que nos dicen que tenemos que asustarnos y no vemos el fondo. Por ejemplo, hace un año aproximadamente fue el anterior vicepresidente, ahora un año después la vicepresidenta actual, es decir, que nos faltan dos vicepresidentes por los dos años que restan. Sin embargo, es preciso aquí hacer algunas de reflexiones.

El problema de los diezmos no es de AP o de morenistas tan solo. Esta es una práctica vieja incluso antes de Correa (porque hay país antes de él y por memoria debemos entenderlo). Hay que tener cuidado con el bombardeo mediático siempre, sobre todo sobre el que nos dice sobre qué tenemos que debatir y cómo debemos debatirlo, esto por un lado se denomina agenda setting y por otro lado framing. Ante ello: Un corrupto no puede caer porque es de AP o de CREO o PSC y es ajusticiado por los medios o una moral política determinada, no, tiene que caer por corrupto, sin más, ni menos. Para ello, hay que ver detrás, la verdadera causa del problema-jamás un conflicto tiene una sola variable explicativa-. Una de las que explica, el problema de la corrupción, porque no hay que ser reduccionistas, es que ella está normalizada. ¿Qué es esto? Pues que damos por normal ciertos actos y otros no, dentro de los primeros están los actos de corrupción. Es decir, lo mismo que han hecho los asambleístas, o posiblemente la vicepresidenta o quienes manejaban el maletín en el congreso o ahora en la asamblea, es efecto, de la corrupción normalizada del día a día. Del ciudadano que pide «dame una manito», del estudiante que copia y no cita, del que soborna y acelera, del que fía y no paga, del que contrabandea y vende o tan igual del que no paga lo justo a sus trabajadores, del que miente para ganar.

Cuando acabe esto último podemos eliminar los diezmos y eliminar la corrupción, pues podemos atacar a una de sus verdaderas causas. Hay que ir eliminando la corrupción desde cada uno, con uno y para uno, e iremos eliminando la corrupción de todos y para todos. Así evitaremos una tercera vicepresidencia. (O)

[email protected]