Al otro lado de la democracia

Santiago Ochoa

La democracia es mayoritariamente concebida como el proceso de elecciones o toma de decisiones en el cual con las mismas oportunidades participa toda la población. Un ejemplo claro es el de las elecciones para presidentes, prefectos, alcaldes, etc.

Este hecho de que la mayor parte de la población tome una decisión, no siempre es indicativo de que la decisión tomada sea la mejor. Es más, la democracia tiene mejores beneficios para la sociedad cuando esta, está capacitada para aprovecharla.

¿Se han preguntado por qué la mayoría de las veces un candidato, tiene que ser más popular que capacitado para ganar una elección? O ¿por qué algunos partidos políticos, incluyen en sus plantillas a personajes conocidos, pero, poco capacitados? (Varias veces, estos personajes han ganado elecciones).

¿Por qué la población festeja más que se bajen los precios de artículos de lujo, que se incremente por ejemplo el presupuesto de un gobierno para educación o salud? O ¿por qué suelen ganar elecciones los candidatos que hablan mal de sus oponentes, en vez de los que hacen buenas propuestas de gobierno? Incluso ¿por qué candidatos que han sido acusados y en algunos casos sentenciados por casos de corrupción, si se lanzan de nuevo, tienen buenas posibilidades de ser elegidos?

La democracia sin duda es importante; pero sin distorsiones. Así como las empresas pueden crear necesidades en los consumidores (lo cual puede ser positivo para la economía), los partidos políticos pueden crear falsas expectativas en la población (lo cual en cambio es perjudicial para la economía).

Para que la democracia funcione es preciso que los votantes se conciencien en las necesidades de la población en conjunto, que recuerden la historia, y que traten de tomar decisiones razonadas, en vez de dejarse llevar por las masas. (O)