Molotov estalló en Quito

Banda. Presentó su versión desenchufada.
Banda. Presentó su versión desenchufada.

Hace frío. Una que otra gotera evidencia la lluvia de la tarde. El audio del Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en Quito, no está al 100% y, como la mayoría de veces, queda en deuda con el público (aunque este también queda en deuda al no llenar los laterales de la general).

Podría ser una noche cualquiera, pero no lo es. Podría seguir fría, pero la Tripulación de Osos comparte todos los sonidos que han invernado: la gente se abriga con sus ritmos, que son la mejor apertura de telón para que luego estalle Molotov.

No se trata de un trapo, gasolina y una botella de vidrio. No. Se trata de la banda mexicana que es todo un bombazo de melodías, crítica social, buena onda y humor delirante.

Un boom que permite que todos se conecten con su ‘Desconecte’ (MTV Unplugged), la gira que celebra sus 20 años de manera desenchufada.

Micky Huidobro, Tito Fuentes, Randy Ebright y Paco Ayala hacían honor a aquello que Mario Pergolini alguna vez pronunció: los mayores bebedores de cerveza que suenan bien en el escenario. Y sonaron así: a un sorbo refrescante de chela, a un salud entre amigos. Abrieron con ‘Here we kum’, y siguieron muchos otros éxitos.

Temas que tenían complicidad con el público, porque varios fanáticos entraron en escena, como el hincha de Chivas, que fue el protagonista de ‘Chinga tu madre’; o Lisette y Antonia, que se sentaron junto a Micky y dieron su respectivo beso a Tito entre los temas ‘Lagunas mentales’ y ‘Parásito’.

Ni hablar de ese enmascarado Santo, al que le pidieron que se vuelva a poner la máscara “porque sí espantaba”; o los tres gordos que con todo gusto se treparon a la tarima para ser el epicentro de ‘Cerdo’. Molotov es una bomba de carne y hueso, con un corazón que sigue latiendo pese a cualquier estallido. Por lo menos así lo vivió Fernando, quien se sacó su prótesis y con un solo pie saltaba al ritmo de ‘Marciano’, mientras se abrazaba con Micky, quien levantaba la pierna metálica como un trofeo.

Hacer de ‘Rastamandita’ una melodía eterna para que más de 20 mujeres no solo bailen al compás de “me gusta chichi, me gusta chacha”, sino que tengan todo el tiempo para tomarse selfies; para luego cerrar con un ‘Puto’ unísono que marcó la medianoche. (DVD)