Un nombre y una misión

Mons. Alfredo Espinoza Mateus, sdb

Loja, la “ciudad de la Inmaculada Concepción de Loja”, celebra hoy su fundación española. Un nombre que es al mismo tiempo una misión.

El Papa Francisco nos dice que “La Inmaculada Concepción significa que María es la primera salvada de la infinita misericordia del Padre, tal primicia de la salvación que Dios quiere donar a cada hombre y mujer, en Cristo”.

Celebrar a la Inmaculada Concepción, es celebrar que María está siempre llena de Dios, porque nunca ha sido contagiada por el pecado. Y Ella, María, es la madre de una humanidad nueva”.

Y celebrar esta Fiesta, nos dice Francisco, implica dos cosas: “acoger plenamente a Dios y su gracia misericordiosa en nuestra vida; y transformarnos a su vez en artífices de misericordia a través de un auténtico camino evangélico”.

Todos, de manera especial a los que vivimos en Loja, a asumamos esas dos implicaciones en nuestras vidas. Vivamos con Dios dando gracias porque hemos recibido su misericordia en nuestras vidas y al mismo tiempo vayamos transformando todos los ambientes donde nos movamos porque vamos sembrando y construyendo un mundo nuevo.

María dio su “sí” y ese sí cambió totalmente su vida. Nosotros también debemos dar cada día nuestros “síes”. Dar un sí a Dios nos lleva a dar un sí concreto en favor del hermano.

Por eso, a la luz de María, la Inmaculada, debemos dar un sí al amor para vencer todo egoísmo, dar un sí al perdón, para vencer el rencor, dar un sí a la solidaridad venciendo toda indiferencia, dar un sí a la alegría para vencer la tristeza, dar un sí a la humildad venciendo toda orgullo, dar un sí a la sencillez superando toda soberbia.

Francisco nos dice que, “a imitación de María, estamos llamados a transformarnos en portadores de Cristo y testigos de su amor, mirando en primer lugar a aquellos que son privilegiados a los ojos de Jesús”.

Celebremos a María Inmaculada, cuyo nombre marca nuestra ciudad, siendo portadores del Señor a todos, cambiando un mundo de pecado en un mundo de vida, sembrando y construyendo valores. (O)