Ceguera insultante y grosera

Hay quien afirma que las democracias latinoamericanas se distinguen de otros regímenes políticos porque están acostumbradas a que el enemigo esté siempre fuera de las fronteras territoriales donde opera el sistema. Los corruptores y delincuentes vienen de fuera, y los corrompidos se nos presentan como “gente débil e inocente”, como si las leyes les fueran ajenas. Una imagen que los hechos van desmontando día a día.

En los procesos legales que se siguen contra los corruptos faltan cómplices y encubridores. Sería un buen paso para comenzar a abrir, sin complejos, la penosa corrupción de las élites políticas del país. Se podría ventilar más de una conducta moralmente nociva. Esta necesidad la devela el diálogo del ‘Chapo’ Guzmán, en el juicio al que se le somete en Estados Unidos, con un dirigente de las FARC sobre el tráfico de droga vía Guayaquil.

Basta con tener delante un mapa vial del país, para darse cuenta de que con alguna de sus localidades, personas no precisamente de la milicia o la Policía, empresas e instituciones estatales debieron “tropezarse” con los vehículos que transportaban la droga. La red de complicidades es, a simple vista, extensa y compleja. Se exigen argumentos y contraargumentos que expliquen cómo se produjo todo en sus narices.

La ceguera de los gobiernos de entonces, tanto el nacional como los locales, es insultante por grosera. Se requiere ponerla ante la opinión pública, pero sobre todo a la enorme galería de personajes que sustentaron una red delincuencial tan bien trabajada y articulada. Que haga, por fin, un esfuerzo por explicar tan sistemática torpeza, por decir lo menos.


Franquezas valen franquezas”. Mario Vargas Llosa Escritor peruano (1936)

Cuando hayas de sentenciar procura olvidar a los litigantes y acordarte sólo de la causa”. Epicteto de Frigia Filósofo grecolatino (55-135)