Corte Constitucional y trampas

Concluyó la primera parte del proceso de selección de magistrados de la Corte Constitucional y nos han dejado anonadados. Acostumbrados a los palanqueos, amarres, trampas, descalificaciones ideológicas y nombramientos de serviles, una selecta comisión de juristas en un proceso absolutamente transparente ha hecho bien su trabajo.

Fue tan contundente la evaluación que nadie pidió recalificación y los ‘opinólogos’ de siempre que se oponen a todo, guardan silencio. La Corte Constitucional, dentro de nuestro régimen legal, es la máxima expresión de la justicia y será muy duro restablecer su menguado prestigio.

En la década pasada no fue más que el refugio de todos los que manipularon el sistema, hasta convertirla en una instancia más donde se tarifaban sus fallos; tanto, que se mereció, y con mucha justicia, el calificativo de la “Corte Cervecera”. El patrón de la última década y el mayordomo de la justicia, la integraban a su antojo; los famosos bancos de elegibles eran mera pantomima.

Quién deja abierta la puerta para la trampa es tan responsable como el que la comete. Por lo tanto, debe nominarse a sus titulares y a un número prudente de alternos. Volver a la ‘sapada’ de dejar a varios como elegibles nos regresará a la práctica de provocar vacantes, conspiraciones o promociones para que vayan a ella el que mayor servilismo jure y se prescinda del actual concurso.

El “banco de elegibles”, como se piensa establecer, corromperá nuevamente el sistema. No cabe que, luego de tanto éxito, se deje esta puerta abierta a los vivarachos.


Cuando un hombre pide justicia es que quiere que le den la razón”. Santiago Rusiñol i Prats Pintor y escritor español (1861-1931)El juez debe escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente”. Sócrates Filósofo griego (470 AC-399 AC)