La justicia en aprietos

Alejandro Trelles Ordóñez

La administración de Justicia en el Ecuador ha sido siempre un talón de Aquiles, el procedimiento de designar a jueces de primera, segunda instancia, jueces de Corte Nacional, fiscales y más operadores de justicia, se ha encontrado cuestionado por un sinnúmero de actos, los cuales han sido repudiados por la opinión pública.

En los últimos años se desplegó un nuevo procedimiento, el cual buscaba ubicar en los cargos públicos de los órganos judiciales a los mejores jurisconsultos en las diferentes ramas y materias del derecho, al cual lo llamaron meritocracia.

Hasta el momento no hemos podido observar si en verdad este procedimiento fue llevado de la manera más transparente o acertada, que pueda satisfacer el anhelo de todos los ecuatorianos de poseer una justicia que responda a los derechos constitucionales establecidos en la Carta Magna.

Se instauró un nuevo modelo de gestión el cual buscaba reducir los tiempos de despacho, aduciendo que el anterior ya se encontraba obsoleto, pero podemos observar que cada vez los tiempos de despacho son más largos y trámites sencillos llevan días hasta llegar a su peticionario.

La disminución de personal de apoyo en las dependencias judiciales y el abarrotamiento de procesos judiciales nos permiten pensar que existen fallas en la administración de justicia, tanto administrativa como en el área judicial.

El sistema judicial fue establecido para rescatar los derechos que se encuentran vulnerados y hacer cumplir con determinadas obligaciones ciudadanas, por ende es imprescindible tener el talento humano más capacitado y las herramientas necesarias, para que los grandes beneficiados de estos cambios seamos todos los ecuatorianos, estableciendo una justicia sólida y cada vez erradicar debilitaciones sociales establecidas en nuestra sociedad como lo es la corrupción. (O)

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