No la excepción, sino la regla

Los medios de comunicación hemos recogido la noticia de que se ha dispuesto una investigación sobre las actuaciones en la sustanciación legal para la puesta en libertad de un excapitán del Ejército, según se dice que “hombre fuerte en Ecuador del narcotraficante transnacional ‘Chapo’ Guzmán. La información al respecto vino desde Estados Unidos donde se juzga al delincuente mexicano.

Una jueza está en el centro de la nueva tormenta judicial develada ante la opinión pública desde el exterior y no por una investigación propia de nuestros organismos de control en estos casos. Así sucedió, vale recordarlo, con los casos Odebrecht y Petroecuador, por ejemplo. Si la corrupción persiste es porque son muchos sus beneficiarios, y en este caso es presumible que la jueza no pudo actuar en solitario.

La corrupción abona la impunidad, la comisión del delito y su encubrimiento, contribuye a la desigualdad, distorsiona la política, afecta la paz social, impide el buen gobierno, tiene efectos negativos sobre la competitividad y la inversión e impide la libre competencia. Si tenemos altos niveles de corrupción es porque se la facilita, dada la inexistencia de un control riguroso y de una justicia que la castigue.

Se sabe que históricamente, gran parte de los delitos de corrupción gozan de impunidad. Por tanto, el caso del excapitán no es la excepción, sino la regla. ¿Hasta cuándo cargaremos con este lastre, con esta vergüenza social, ética y política? Para librarnos de él, todos (los ciudadanos y el Gobierno) tendremos que no solo prevenirla, sino también denunciarla y castigarla


Ser bueno es fácil; lo difícil es ser justo”. Victor Hugo Novelista francés (1802-1885)

El que no quiera vivir sino entre justos, viva en el desierto”. Séneca Filósofo latino (2 AC-65)