¿Desestabilización?

Rodrigo Santillán Peralbo

En sectores políticos se habla de intentos de desestabilización a partir de las declaraciones del presidente Moreno en las que afirmaba que no ve la hora para irse a su casa, o que duerme tranquilo sin que le preocupen los problemas del país. Si se agrega la crisis económica que es total e insuperable con nuevos y mayores créditos, o con la intencionalidad de subordinarse al Fondo Monetario Internacional, o con la derechización del Gobierno hasta regresar al atroz neoliberalismo, y las profundas contradicciones en las que cae el Presidente, y sus promesas incumplidas, el panorama es desolador.

Las intencionalidades de las alianzas del Presidente con el sector privado para salir de la crisis no dan los resultados que quizá esperaba. Se han suprimido o rebajado impuestos para los grandes empresarios, se han establecido estímulos, pero no ha aumentado la producción, ni se han creado los 250.000 puestos de trabajo ofrecidos.

Hasta ahora, todo a favor de los empresarios y exigen que se les suprima más impuestos, se les otorgue mayores beneficios, que se imponga una drástica flexibilización laboral que les permita contratar trabajadores por horas o días, para ahorrarse afiliaciones al IESS, el reparto de utilidades o vacaciones pagadas. Para el pueblo llano las gotas, las sobras, la pobreza.

La crisis moral que motiva las corruptelas frente a una justicia que, en diferentes estamentos, también es corrupta, afecta a la estabilidad. La carencia de ética elemental en la mayoría de políticos fragua globos de ensayo para hablar de muerte cruzada o de un plan macabro que consistiría en que el Vicepresidente -muy cercano a los socialcristianos y CREO-, reemplace al presidente Moreno, convoque a elecciones anticipadas y entregue la Presidencia a Nebot o Lasso.
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