Es tiempo de responder por lo que se hace y no por lo que se soñaba hacer. Tanto el Gobierno como la a veces desorientada oposición deben asumir esta realidad. La economía no da para más: en los primeros nueve meses de 2018 las importaciones crecieron un 18% interanual y se igualaron con las exportaciones. En este período, las importaciones no petroleras aumentaron 7,8% y las exportaciones no petroleras 4,9%.
¿Habrá la suficiente liquidez? ¿Cómo terminaremos el año, luego de un mes en que se disparan las importaciones? ¿Cómo a seguidas de la reducción del subsidio a las gasolinas de mayor consumo? Hay un antes y un después de la “revolución ciudadana”, cuando el país vivió un espejismo económico sin precedentes.
No obstante, persiste en el imaginario colectivo la idea de que, en una suerte de escena mágica, se llegue a revertir la situación. Al país no le conviene, a la luz de lo que el Gobierno considera que debe ser su Presupuesto para 2019, confundir el acierto en los anuncios con la correcta lectura de los indicios por venir. En el mundo en el que vivimos todo pasa a gran velocidad, pero el ahorro y la prudencia en el gasto deben ser la brújula que nos guíen en el próximo año y en los siguientes.
Será difícil quitarse de encima la desconfianza en lo judicial, las cargas regulatorias, los costos de iniciar un negocio, de la contratación y el despido laboral. Pero se requiere “pisar el acelerador” en la competitividad y la inserción en la revolución tecnológica mundial. El grave problema económico heredado seguirá pesando hasta mucho después de concluido el gobierno del presidente Lenín Moreno.
¿Cómo no amarte, madre, si me enseñaste a hablar tu lengua? ¿Si soy viento nacido de tu roca?”. Gonzalo Rojas Poeta chileno (1917-2011)
El universo no fue hecho a medida del hombre; tampoco le es hostil: es indiferente”. Carl Sagan Astrónomo estadounidense (1934-1996)