Francisco y sus reflexiones

Alejandro Tagliavini

Durante la ‘Misa de Gallo’ el Papa afirmó que “una insaciable codicia atraviesa la historia… unos pocos celebran banquetes espléndidamente y muchos no tienen pan”. No discutiré el mensaje de Jorge Bergoglio, a quien conocí cuando era Arzobispo de Buenos Aires, pero sí reflexionar sobre algunas ideas. Los conservadores se sintieron ofendidos por el desprecio del Papa hacia los “codiciosos”.

Ahora, “codicia” según la Real Academia Española es el “afán excesivo de riquezas”. No es el “afán de riquezas” que es lo que mueve a un mercado, sano, al servicio de todos los individuos. Al decir “excesivo” me gusta pensar en políticos voraces que coactivamente cobran impuestos, sin importarles que empobrecen a todos, para sus “banquetes”.

Un amigo repreguntó: ¿“cuánto es ‘excesivo’, es Bill Gates un ‘voraz’? Gates consiguió una fortuna -quizás exagerada- amparándose en las leyes estatales de copyright que no son sino un monopolio -las “patentes”- garantizado por los políticos. Los derechos de autor deben ser definidos dentro del mercado por acuerdo voluntario entre las partes.

Thomas A. Edison era un astuto “patentador” con el fin de enriquecerse. La lámpara incandescente sólo fue perfeccionada por él y patentada en 1879. Sin embargo, muchos lo consideran un destacado “inventor” porque patentó más de mil “inventos”, sospechosamente demasiados.

Estrictamente, los “genios” no existen de la manera idólatra en que suelen ser imaginados por parte de la opinión pública que, del mismo modo, imagina “líderes” mesiánicos. Quién inventó, por caso, el smartphone: miles de mentes creando en libertad durante años. Personas todas valiosas que, en tanto se les dé la libertad suficiente, tienen una capacidad creativa infinita.

Otro recordó la crítica permanente de Bergoglio al capitalismo. Ahora todas las empresas están de suyo capitalizadas incluso las soviéticas por las que, al ser privatizadas, se pagó buen dinero. Lo importante es la existencia de un mercado natural, libre, con ausencia de coacción, de violencia, en tanto que “capitalismo” no define con exactitud ningún sistema.

*Miembro del Center on Global Prosperity, de Oakland, California. @alextagliavini