Se necesita un consenso ciudadano

El año que dejamos atrás nos deja una lección: en la medida con que contamos con mayor libertad económica hay una tendencia a consolidar derechos como la libertad de expresión, la libertad de movimiento, las libertades de las mujeres y las minorías, así como el Estado de derecho. El auge del nacionalismo y el populismo de la década correísta de una u otra manera se produjo sobre la base del sacrificio de alguna de ellas.

La libertad estuvo bajo ataque continuo en aras de dejar de tener ciudadanos. Se trató de un ataque contra la democracia y las instituciones, contra el debido proceso y la presunción de inocencia. En consecuencia, la corrupción, el crimen, la violencia y la discriminación siguen siendo el mayor azote que sufre nuestra sociedad.

Se precisa un Poder Judicial autónomo y fuerte, transparente y capaz para que la democracia entre nosotros se consolide. Esta es la primera lección que nos deja 2018 y lo que podría ser la “hoja de ruta” a seguir en el año que comienza. Una hoja de ruta que garantice la transición de una sociedad corrupta a una sociedad regida por la Constitución y la Ley. Hay que enterrar a la justicia politizada y a la política judicializada.

En este sentido mucho debemos al trabajo de la Contraloría al develar escandalosos manejos de la deuda pública, los proyectos hidroeléctricos, las inversiones en el área petrolera y hasta en el proceder inescrupuloso de funcionarios del correísmo. Mucho de lo alcanzado se debe también a los procesos de autodepuración que se iniciaron en la Asamblea Nacional. Se necesita un consenso político, económico y ciudadano para seguir adelante.


Puede adquirirse todo en la sociedad, menos el carácter”. Stendhal Escritor (1783-1842)

Los pueblos no tienen un carácter activo en los sucesos. Sufren, pagan y esperan”. Domingo Faustino Sarmiento Político argentino (1811-1888)