¿Solo un año de transición?

El año que terminó constituye una transición a medias, entre un modelo populista y electoralista, que utilizó la economía como medio para comprar lealtades y votos; y otro modelo que busca racionalizar el gasto público y evitar que terminemos despeñándonos por el abismo del sobreendeudamiento.

Sin embargo, aunque el Ministro de Economía dio pasos importantes en la transparencia y el ahorro, los problemas estructurales siguen intocados, y el aumento de la deuda pública se mantendrá en al menos 10.000 millones de dólares por año hasta 2022.

Esto, en medio de tímidas medidas para aliviar la presión fiscal de los subsidios a los combustibles, cuyos precios no habían sido tocados en más de 15 años. Además del intento de buscar que el sector privado ponga la inversión y la generación de empleo que el sector público ya no puede, pero sin llevar a cabo las reformas, en el mercado laboral, seguridad social y sistema tributario, que se necesitan para mejorar la competitividad y la productividad del país.

El Gobierno ha dado pasos en el camino correcto, pero todos incompletos y sin la fuerza requerida, por lo que durante el primer trimestre de 2019 se tendrá que enfrentar al escrutinio más despiadado sobre el presupuesto estatal: la realidad.

Si el precio del petróleo sigue bajando, o incluso se mantiene en los bajos niveles actuales, el Gobierno tendrá un hueco de al menos dos a cuatro dólares por barril; además, en un escenario de desaceleración la meta de recaudación tributaria podría resultar demasiado optimista. El resultado sería que para abril o mayo, tanto nuevas medidas económicas como un acuerdo con el FMI no podrían esperar más.


Prefiero ser justo antes que Presidente” Henry Clay Estadista y político estadounidense (1777-1852)La envidia entre hermanos siempre la causa un padre injusto”. Orhan Pamuk Escritor turco (1952)