2019 Fraudulento

Orlando Amores Terán

Los seres humanos somos y actuamos como animales. Cuando nos liberamos, nos damos cuenta de nuestra esclavitud, mientras tanto, sufrimos, pero no lo sabemos. Por eso, las naciones que se duermen, perecen, o al despertar, ya son esclavas; ahí están como ejemplo: Cuba, Nicaragua, Venezuela.

La politiquería narco-comunista transformó al ser humano, a tal punto que solo siente amor, puro amor, único amor, infinito amor por su «buen vivir»; de la Patria solo se sirven para saquearla y nombrarla en el discurso. Es la herencia de la década infame, además de tabla de consumo de drogas, ideología de género, atraco, cinismo; pero «La Patria ya es de todos» los canallas de la historia.

Cuánto daño hicieron, en tan poco tiempo; no obstante, hay que hacer una distinción: existen aquellos defensores a ultranza del «proyecto correa», porque sin su mentor, un homúnculo creado por el narco-comunismo, seguirían siendo nadie. Otros, en cambio, estuvieron involucrados por circunstancias políticas.

Los primeros, si aparecen en diferentes partidos, siguen las consignas del Foro de Sao Paulo, que les manda crear partidos, movimientos e infiltrar los existentes, para volver a tomarse el poder por diversas vías electorales. Los segundos, pertenecen a grupos que consideraron en su momento, que yangamanaishca era una opción electoral de triunfo.

Los defensores del «proyecto», son de altísimo peligro, porque cumplen consignas castro-narco-comunistas y están en su matriz: 5, AP35, e infiltrando PSC, ID, PK, etc.; por ello hay que exigir que se vuelva al método personal, al conteo visual, porque al escanear no se toma la foto de la votación realizada, ya que el dispositivo tiene un sensor de extrema luminosidad que elimina lo elegido por el elector, para destacar lo previamente marcado, con tinta invisible, y ése registro se reporta oficialmente, por eso el castro-narco-comunismo siempre aparece con «altísima votación».

El 2019 hay que continuar: denunciar, exigir, volver a denunciar y a requerir, hasta que se haga insostenible para ellos, mantener la impunidad. Ese es el camino, sin cansarse, sin quejarse.

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