Año 19 escuchemos a Francisco

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

Mientras el Santo Padre, Francisco, en su mensaje de Navidad solicita a los seguidores de la iglesia de Roma, que pongan en práctica la doctrina de Jesucristo, los multimillonarios del planeta prosiguen en el empeño de acumular más dinero para continuar explotando a los pueblos y los imperialistas se apresuran en la tarea de cometer actos contrarios a la supervivencia de los humanos, construyendo armas para el mutuo exterminio de los racionales y queriendo adueñarse de las riquezas de otras naciones, que llaman ellos subdesarrolladas.

El afán de dominio universal se ha extendido no solo a las cinco partes convencionales del orbe, sino que hasta las islas más diminutas se han convertido en terrenos apetecidos para la instalación de bases militares de las grandes potencias, sin respetar que el calentamiento global, que preocupa a la mayoría, pueda ubicarse en límites excesivos y llegue a causar daños irreversibles, incluyendo la desaparición de los racionales sobre este planeta, que algunos consideran el único habitado del cosmos.

Se ha dicho, por parte de cualificados científicos, que los seres racionales están produciendo, al momento, suficiente alimento para cubrir las necesidades nutritivas de los 7.500 millones que habitan la Tierra, por lo cual sería aconsejable efectuar un reparto más equitativo de la riqueza natural y la generada por hombres y mujeres, a efectos de que nadie carezca de comida, vivienda, educación de excelencia, salud, vestuario y recreación. Las guerras con armas convencionales deben llegar a su fin; con mayor razón debe prohibirse para siempre el uso de armas atómicas, a fin de que los crímenes de Hiroshima y Nagasaki de 1945, no vuelvan a ocurrir, peor si no fueron castigados.

Si se dedicara en beneficio de los hombres, solo el 50% del gasto que se emplea en armas para destruirlos, los habitantes de todos los continentes, no carecerían de los bienes que ahora no les llegan y que es la aspiración de la casi totalidad de los seres racionales de la Tierra.

Si la llamada especie superior desechase la guerra como solución de sus problemas y se abstuviese de pregonar diálogos falsos, de combatir el requerido avance educativo y sus gobernantes dejasen de besar los pies a los grupúsculos supuestamente superiores, a la vez que aceptasen las prédicas que ahora se difunden, por intermedio del Papa Francisco, seguro que tendríamos un mundo mejor, con hombres y mujeres viviendo más tiempo, porque las enfermedades incurables de hoy dejarían de existir. Feliz año 2019 para todos.