El tiempo

MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA

Generalmente al llegar un nuevo año, empezamos a reflexionar sobre todo aquello que pensamos que podemos lograr y que por un motivo u otro no pudo cristalizarse en el año terminado. Solemos pensar en acciones como aprender un nuevo idioma, perder peso, estudiar alguna especialización, viajar, entre otras.

Mientras hacemos este recuento de aquello que queremos materializar, también pensamos en el tiempo que invertiremos que realizar tales propósitos y es allí, en ese minuto exacto en que empezamos a dilucidar cuánto tiempo realmente hemos dejado pasar sin realizar algo más importante para nuestra vida.

Es común escuchar a diario expresiones tales como “he perdido el tiempo haciendo esto”; pero, realmente lo que hacemos no es perderlo, sino gastarlo en otras cosas que quizá en ese momento nos resultaron significativas, pero que luego vemos que nos hicieron desviar el rumbo del camino trazado, aquello sí lo podríamos denominar gasto de tiempo.

En ocasiones recibimos un mensaje a través de algún canal de comunicación y tratamos de determinar cuánto tiempo nos llevará leerlo e interpretarlo y por “cuestión tiempo” lo dejamos pasar, porque resulta que ahora decidimos que ya no nos alcanza el tiempo y así poco a poco vamos dejando de lado las visitas, los encuentros entre amigos, los paseos y dejamos pasar la vida porque es una pérdida de tiempo.

Espero que en nuestros propósitos para este nuevo año, esté el invertir el tiempo con nuestros allegados y empezar a conocerlos y saber cuáles también son sus propósitos y ayudarnos mutuamente a realizarlos. En este momento me siento agradecida con usted señor o señora lector, por haberme dedicado alrededor de dos minutos de su tiempo para leer el texto, pues, me ha brindado algo que a usted no volverá. Abrazos.

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