La belleza en el arte

Lucía Margarita Figueroa Robles

En algunas ocasiones nos hemos encontrado con la sorpresa de escuchar a individuos quizá ajenos al mundo del arte y la cultura o con gustos clásicos de finales del siglo XIX que no se han replanteado el tema de la belleza en el arte y al asistir a una galería de arte contemporáneo, un concierto de música electroacústica o alguna exposición fotográfica, pictórica, escultórica, o de performance, llegan a preguntarse: ¿Esto es arte? Y evidentemente es arte, porque su definición depende de un colectivo que la acepta como tal, aunque exista alguien que no la entienda en su concepción real. Es ahí donde nace otra gran interrogante ¿existe arte sin belleza?

No cabe duda que las transformaciones que vive nuestra sociedad nos han llevado a mirar de otra manera la realidad, pero para quienes desconocen del arte, la belleza construida por la moda se convierte en uno de los aspectos centrales de su valor agregado, llevándonos a adquirir o preferir aquello que desde nuestro entorno, se ve mejor, se ve bonito, quedaría bien en algún sitio, etc. Al parecer hay quienes no soportan tanta posmodernidad en el arte y se niegan a aceptar las nuevas olas más allá de la belleza.

Y el dilema parece difícil de responder, será que ¿existe un arte sin belleza? y es que somos herederos de una tradición cultural muy antigua adquirida por los griegos, quienes nos hablaron de la estética y relacionaron al arte como una imitación de la realidad, nos hemos dejado llevar por lo que “se ve bien” o lo que más se parece a una realidad encasillada a la bidimensionalidad, pero no analizamos que una de las categorías estéticas elegidas por muchos artistas es lo grotesco como una mezcla confusa o una armonía discordante, la cual indudablemente es la menos delimitada de todas las categorías.

Aunque mucho público no comparta o comprenda el arte contemporáneo, es momento de que deduzcamos hacia dónde se dirige este divergente arte. De ahí que surgen algunos autores que incorporan la creatividad con la comercialidad. (O)