Partidos y familias

Patricio Durán

Se lo puede decir así: la izquierda se articula en partidos y la derecha se articula en familias. Claro que hay partidos de derecha, en Ecuador y en el mundo, que funcionan como tales y, por supuesto, democráticamente. Pero la noción de partido sigue siendo altamente ideológica, y la derecha, más que por ideas, se mueve por creencias.

Así, en la corrupción general de nuestra democracia, la deflagración se produce por igual en los partidos de derechas e izquierdas, aunque en estas últimas con mayor saña, como hemos visto en la “década infame”. Se diría que ahora la tendencia es a abandonar los partidos y formar “familias”, o a desembarcar familiarmente en los partidos, para cargárselos. Pruebas al canto: vemos en algunos partidos y movimientos que varios de sus integrantes son familiares entre sí. Padres, hijos, hermanos, sobrinos trabajan como en “familia” en los organismos del Estado, así tenemos el caso patético de la defenestrada exvicepresidenta de la República.

El episodio siguiente será la guerra entre familias políticas y partidos, que quizá ha empezado ya. En principio, todo el que se va de un partido para formar una familia huye hacia la izquierda, aunque abandone un partido de derechas. Hay partidos que se metamorfosean cuando hay elecciones: vemos como en sus filas aparecen especímenes de toda guisa, sabor y color: cantantes, futbolistas, vedettes, animadores de televisión, etc. Y lo que es peor, los de izquierda ahora son de derecha y viceversa, y ni siquiera se ruborizan.

Esta crisis de los partidos es consecuencia, como digo, de que no se escogen a personas realmente preparadas para la administración pública. No es cuestión de que “le den los números”, sino de que tenga toda una trayectoria de servicio, con un currículo que avale su preparación y que sea una persona honesta.