Fidel contradijo a Fidel

Carlos Freile

El 13 de enero de 1959, a los pocos días de la huida de Fulgencio Batista de Cuba, Fidel Castro afirmó con vigor: “Yo no soy comunista, tampoco el Movimiento, pero no tenemos que decir que somos anticomunistas para agradar al extranjero”. Pocos meses después, el 7 de abril, en un discurso frente a periodistas en Washington, lo reiteró: “Esta revolución no es comunista, sino humanista”. Cuando el Comandante recorría Cuba en los primeros días de su triunfo llevaba al cuello varias medallas religiosas, para que el pueblo las viera y creyera….en él.

Pasado poco menos de un año, el 2 de diciembre, uno de los pocos periódicos que podían circular, Revolución, reprodujo un discurso de Fidel Castro, en el cual se leía el siguiente párrafo: “Lo digo aquí con entera satisfacción y con entera confianza: soy marxista-leninista y seré marxista-leninista hasta el último día de mi vida.” Al día siguiente, el mismo periódico citó otro fragmento de un discurso distinto: “¿Creo en el marxismo? Creo absolutamente en el marxismo. ¿Creía el primero de enero? Creía el primero de enero. ¿Creí el 26 de julio? Creía el 26 de julio.”

Como se constata, Fidel Castro siempre fue comunista, al contrario de lo que afirman una serie de admiradores del mundo intelectual, profesores universitarios o no, quienes sostienen que el tirano cubano se volvió comunista después de las acciones norteamericanas en su contra. Estos académicos deben recordar el viejo axioma jurídico: “A confesión de parte, relevo de prueba”.

Más allá de los malabarismo verbales e ideológicos de los castristas, brilla con luz propia la desfachatez y el cinismo del personaje; hasta no tener todo el poder en sus manos engañó, mintió, ocultó su pensamiento y sus planes.

Hoy en día sus seguidores echan la culpa de todos los males de Cuba al bloqueo, Fidel en 1985 afirmó: “…todo lo que producimos ahora y todo lo que vamos a producir en los próximos cinco años ya ha sido vendido a otros mercados. Deberíamos privar a otros países socialistas de esos productos para venderlos a Estados Unidos. Pero los países socialistas nos pagan precios mucho mejores…” Simplemente, “por la boca muere el pez”.

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