En agosto 2018 ya había considerado que la iliquidez fiscal, la volatilidad del precio del petróleo y la poca austeridad.
Por segunda vez en menos de seis meses, la agencia Fitch bajó la calificación crediticia de Ecuador, que ahora pasó de estable a negativa. Las principales razones, al igual que en agosto de 2018, son las crecientes necesidades de financiamiento del Gobierno debido a la falta de recursos en el fisco.
Además, la calificadora considera que el programa de optimización del tamaño del Estado y el gasto público no se han implantado con la profundidad necesaria, por lo que los problemas estructurales continúan en la economía.
En este sentido, a pesar de que el Gobierno determinó unas necesidades de financiamiento de 8.000 millones para 2019, Fitch considera que el país necesitará, al menos, 9.000 millones de nueva deuda.
Cuestionan préstamos de China
Así también se cuestiona la oportunidad y efectividad de los préstamos obtenidos en China a mediados de diciembre pasado. “Hay poca visibilidad del momento y la magnitud del financiamiento de China. El acceso de Ecuador a los mercados es incierto”, aseveró el reporte de Fitch.
Alberto Acosta Burneo, analista económico, comentó que las condiciones globales más estrictas para obtener financiamiento, unidas a las necesidades urgentes de más recursos de un Estado demasiado grande, como el ecuatoriano, aumentan la percepción de riesgo de no pago.
Sin embargo, el Ministerio de Finanzas resaltó que en 2018 alcanzó el menor déficit de los últimos seis años, es decir, un poco más de 3.000 millones de dólares. Y esperan que este año se vayan abriendo los mercados internacionales para Ecuador. (JS)