Los jóvenes somos el presente, no el futuro

Andrés Ontaneda

Existe un mito llevado de la frase: “Los jóvenes somos el futuro de la patria”. Al no tener indicios probados de su nacimiento etimológico, me niego pensar de estar manera. Desde la antropología cultural se define a un pueblo por sus características que se transmiten de generación en generación, de manera que somos lo que nuestros antepasados nos trasfieren mediante su comportamiento, sus creencias y características del pensamiento social.

Aunque antropológicamente las personas nos sentimos pertenecientes a un grupo social, no significa que debamos limitarnos a una militancia con peculiaridades iguales, por esto los jóvenes debemos despertar de este gen, desatarnos de malas creencias y frases sin fundamento que no hacen más que coartar nuestras ideas y esconden nuestras palabras para que no sean escuchadas ante los nichos organizados que han gobernado por años.

Debemos saber que somos el presente, no el futuro de la patria, no queremos transportación del ADN cultural, salvo los probado y unísono, tampoco queremos un proceso de aculturación donde nos resisten al proceso de uniformalización, queremos más que civilización, que podamos opinar, crear y hacer con consciencia obviamente llevada con un aval académico, experiencia examinada y especialización en las áreas.

Hoy es cuando tenemos la mayor energía, y podemos equivocarnos pero al mismo tiempo enmendar, donde no se busca el fin, sino los medios para lograr lo común. Rompamos los paradigmas de los que siempre nos quieren dominar con su poder político del lenguaje, pero que en la praxis son bulos y vacíos. Que la biología no sea impedimento de estar en el escenario político, empresarial, social, académico, estatal, siempre y cuando se lo haga con sindéresis y ética profesional pero, sobre todo, sin jugar con los demás.(O)

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