Sociedad agresiva

LIBER ANDRADE SALAZAR

Ecuador desde inicio de este mes ha estado inmerso en una serie de hechos violentos que causan estupor. El primero que causó conmoción fue el del 1 de enero donde un joven de 16 años fue quemado vivo en el caserío San Francisco de la parroquia rural Augusto Nicolás Martínez del cantón Ambato, por intentar robar la camioneta de un comunero. El segundo producido en la ciudad de Quito, donde una joven de 35 años fue brutalmente violada por sus tres amigos dentro de un restaurant. El tercero, la retención y muerte de la joven Diana en Ibarra, frente a atónitos ciudadanos y cuatro policías nacionales.

Las causas para el cometimiento de estos atroces delitos pudiéramos ubicarlos como pobreza o falta de trabajo del joven que pretendió robar un automotor, y la ira de la comunidad al quemarlo vivo, ante la falta de efectividad de la Administración de Justicia; pérdida de valores, solidaridad y falta de respeto a la libertad sexual por parte de quienes arremetieron contra la señorita violentada; celos y desprecio de la vida, en el caso del extranjero que con cuchillo en mano hirió mortalmente a la joven ibarreña.

Estamos frente una sociedad agresiva en potencia por falta de justicia debida; por una legislación pro humana a favor del infractor; por falsos líderes que denigraban al contrario que osaban en criticarlo; por la deficiencia del control y autoridad de los padres sobre sus hijos; por la preeminencia de derechos sobre deberes de niños, niñas y adolescentes impulsadas desde esferas del gobierno y de organizaciones no gubernamentales; por transmisión sin censura de novelas o películas que incentivan el sexismo, el narcotráfico, el alcoholismo, el machismo; por falta de control de música que incita y violenta la intimidad de mujeres. Solución primaria: Familia se reencuentre y trabaje por los valores perdidos.

[email protected]