Libre albedrío

Jaime Duràn barba

La ilusión del libre albedrío se desmorona cuando instituciones de todo tipo pueden usar lo que creíamos que pertenecía a nuestro fuero interno. La democracia liberal se basa en el supuesto de que los seres humanos son agentes racionales, independientes, capaces de escoger entre distintas alternativas y votar. Se suponía que el elector sabía escoger a los gobernantes analizando sus plataformas de gobierno, esa fue la base de la teoría del ‘rational choice’.

La psicología experimental demuestra fehacientemente que ese sujeto racional es una ilusión académica occidental y que la individualidad es un mito. Los seres humanos aislados no se ubican en el mundo, ni conforman sus preferencias, ni producen nada. Para inventar la escritura fueron necesarias muchas personas que acumularon experiencias a lo largo del tiempo, también para hacer una catedral, una bomba atómica, organizar un gobierno o una pieza de teatro. Nada es obra de un individuo. Lo que nos hizo distintos de los otros animales no fue la idea genial de un ejemplar de sapiens, sino el desarrollo de la capacidad de trabajar juntos en grupos numerosos.

Todos los seres humanos vivimos inmersos en conjuntos de mitos y necesitamos aprender a distinguir las verdades con base científica de las creencias. Las verdades nos permiten contactar con la realidad cuando son hipótesis en permanente contraste con ella. Las creencias no necesitan pasar ninguna prueba, son inamovibles, atemporales. La moral se basa en creencias con raíces evolutivas anteriores en millones de años a la aparición de humanidad. Todo eso está en nuestra mente y debemos aprender a trabajar en medio de esas contradicciones.

Cuando termino una conferencia algunas personas me piden que les sugiera lecturas para formarse como políticos. Creo que para hacer política en serio es indispensable leer, especialmente sobre este caos conceptual y real que nos ha tocado vivir. También es indispensable conocer lo que la psicología experimental ha descubierto estos años acerca de la comunicación. Hacer esto es más importante que seguir cursos de oratoria o analizar la influencia del pensamiento de San Cayetano en Trotsky.

*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.

(Fuente www.perfil.com).