Al menos ilusiones

Adolfo Coronel Illescas

Luego de que el empresario Topic anunciara devolver 13.5 millones de dólares correspondientes a sobornos de Odebrecht, el presidente Moreno está ilusionadísimo, al extremo de que a sus ‘mimados’ los ‘viejecitos’ profesores jubilados que se les adeuda compensaciones desde 2005, les ha hecho una promesa, “que todo el dinero recuperado de la corrupción irá íntegramente para pagar dicha deuda”. Moreno nos hace pensar que voluntariamente como el Topic los fugitivos y los ñaños de la verde gallada que aún están en el país, van a decirle al Gobierno que vaya a retirar de los paraísos fiscales el billete de la corrupción. Y que, en los mismos aviones que lo llevaron ahora lo traigan en costales o alforjas. Al menos cuatro alforjas lojanas deben estar en Carondelet, la última que le entregó el ‘Chato’ a Correa fue con la aspiración de una vía al aeropuerto de cuatro carriles, lo que mejor le sirvió para encarrilar su revocatoria.

Pero hay otra pepa del Gobierno. El señor Presidente está planificando pagar todas las compensaciones pendientes hasta 2020. Entonces aquellos profesores jubilados a quienes se les adeuda parte de su compensación del 2008-2009-2010 y que aún viven, deberán esperar al menos dos años más. Dinero que de darse servirá para un entierro digno.

Las reacciones no se han hecho esperar, en especial de los educadores octogenarios que han esperado más de ocho años, a quienes no les parece adecuado que se ofrezca pagarles con un dinero que aún no se sabe ni cómo, ni cuándo va a llegar. Aquí sí cabe el dicho popular, “primero veo volar un burro” antes que los ladrones de la década pasada devuelvan lo robado. Sin embargo, hay ‘profes’ que, pese al consabido polvo de los años, sí creen en el ofrecimiento del Presidente, porque este es “el Gobierno de todos”. Hay que unificar criterios para no lastimar las esperanzas.

Aclaro que no digo que no hay las mejores y buenas intenciones de cumplir con lo prometido, pero se debe evitar reacciones por los discursos, promesas, ofrecimientos y abrazos. Echen menos serpentinas para que no se repita la ecuatoriana costumbre de vivir ilusionados, en un país donde crecen los delitos, la inseguridad, donde no hay quien pare la violencia y la corrupción no recibe castigo. (O)