Machismo y xenofobia

Kléber Mantilla Cisneros

Después de dos actos violentos contra la mujer, uno por violación múltiple y otro por el feminicidio filmado en Ibarra, visualizado en redes, es necesario retornar al modo racional para enfrentar machismo y xenofobia. La violencia machista no tiene nacionalidad pero el hecho tiene entorno y lugar. Ibarra, la ciudad noble y pacífica, jamás se preparó al exabrupto de un instante atroz ni a los efectos masivos del teléfono móvil.

El ditirambo xenófobo se regó como combustible porque las reacciones emocionales son inmediatas y el lugareño no quiere tolerar ni aguantar un prototipo de violencia importada. Incluso, la autoridad perdió el pudor y sentido de humanidad, cerró los ojos, y esperó la expulsión agresiva de extranjeros.

Acoso sexual, violencia doméstica, asesinatos en cadena, delincuencia común, impunidad de la justica y persecución a periodistas son efectos de una sociedad solapada y acostumbrada a vivir con miedo. El modelo fue instaurado durante el correísmo.

No sé si tenerle más miedo al ‘anticorreísmo’ que se declara hoy depurador de la corrupción y defensor de las libertades, pero lucra y negocia por debajo desde organizaciones no gubernamentales renovadas, defensorías de la libertad de expresión importadas, el escueto gremialismo y sindicalismo o cualquier paralelismo lanzado desde la matriz de algunos partidos y movimientos políticos. En fin…

La elección de alcaldes y prefectos, que se nos viene encima, condiciona actitudes de decisión y contundencia para acabar con el machismo violento, superar el miedo, dar seguridad a través de instituciones que aboguen por la dignidad humana y defiendan la libertad de expresión en cada contexto. Tzvetan Todorov decía que el miedo a los bárbaros es lo que amenaza con convertirnos en bárbaros.

De ahí que los periodistas no podemos callarnos ni dejar de denunciar al corrupto que sigue enraizado en el poder político y económico para someter a la sociedad a través de la educación y las manifestaciones de la cultura. ¡Basta de perseguir periodistas! ¡Basta de matar mujeres!

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