¿Corazón o cerebro?

Andrés Ontaneda

Una especialista en cultura organizacional menciona que a veces debemos pensar con el corazón y sentir con la cabeza, la toma de decisiones de muchas personas lo hacen desde solamente la parte emocional, descuidando la racional e instintiva, sin embargo, se demostró científicamente que el corazón también decide, es decir, también cuenta con miles de neuronas, por ende, se encuentra íntimamente vinculado al cerebro. Si alguna vez dijiste: “tengo una corazonada”, “presiento que” o, “háblame con el corazón” es que tus neuronas de manera inconsciente estaban pensando en ello que deseabas, imaginabas o sentías.

Los seres humanos contamos con una máquina interna llamada cerebro, cuál es la encargada de tomar nuestras decisiones, de tratar nuestra inteligencia, o quizá muchas veces forman parte de nuestras emociones, la encargada muchas de las veces de nuestros aciertos o fracasos, es que muchas de las veces el ser humano trata de racionalizar todo. El profesor Antonio Damasio en 1995 crea el nuevo paradigma, la irracionalidad y esté defiende que el ser humano es razón y emoción, es decir, que las emociones son un componente vital de la racionalidad, en definitiva somos seres que racionalizamos, no seres racionales.

Por ejemplo en un trabajo, a una persona la contratan por su alto coeficiente intelectual, pero con el tiempo la despiden por su baja inteligencia emocional, por el simple hecho de no saber auto conocernos y ubicarnos en el lugar del prójimo. Cómo decía Facundo Manes, si alguna vez nos realizan un trasplante de riñón o hígado, seguimos siendo los mismos, pero si nos cambian la mente, seríamos alguien distinto.

Pensar con un buen corazón y cerebro siempre será la mejor opción. (O)