Imperativos morales

CARLOS CONCHA JIJÓN

El mundo, cambiante por naturaleza, mantiene una constante transformación, no solo en el aspecto físico, sino que lo hace también positivamente con ideas en las estructuras sociales de todas las colectividades del mundo, impulsadas por la influencia de determinadas fuerzas, que resultan un imperativo y devienen de la moralidad, como moduladoras del comportamiento humano, respecto a su conducta, pues, es la moral la que tiene que ver con la conducta y vida interior de cada persona e investiga su esencia, valor y fines.

Los jóvenes también representan un poder moral, una fuerza moral, con su inteligencia puesta al servicio de sus ideales en función del devenir, reemplazando en cierto modo a la sociedad envejecida. La justicia resalta la fortaleza y el equilibrio entre la moral y el derecho, pues, la justicia busca la perfección social entre las personas, conduciéndolas a una estimación propia, dirigida hacia lo virtuoso, que determina bienestar.

La rebeldía es la búsqueda de un nuevo ideal, para lo cual tiene que irse contra estructuras caducas o dogmáticas, que representan muchas veces cambios en las estructuras sociales, para ascender en aspiraciones de progreso. El deber aparece como un peso pesado de la moralidad que se encuentra reflejado en la conciencia moral de las personas, que también podría ser de la colectividad…

El deber engloba la conciencia moral individual, como la de la sociedad, teniendo vigencia a lo largo del tiempo en cada época. No escapa la religión a la moralidad, pues, esta, a través de la fe, promueve el servicio a un ideal, fe con poder inexpugnable en interminables acciones… No podemos dejar a un lado los ideales éticos, que tienen un valor substancial filosófico de reflexión, clarificando y determinando alguna duda, etc.

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