La Corte Constitucional

Rodrigo Santillán Peralbo

Un largo receso y más de una década de servil sometimiento, hicieron de la Corte Constitucional uno de los paradigmas de vergonzante subordinación al poder político. Muchos jueces constitucionales -con extrema gratitud por haber sido nominados para tan elevada función, sin respetar las normas de concursos de méritos y oposición- se olvidaron de sus tareas fundamentales: defender la Constitución y su plena vigencia al ser garantes de la constitucionalidad de los actos del poder público y respetar y hacer respetar los Derechos Humanos, irrenunciables, que pertenecen al pueblo.

Gracias a una excelente Comisión creada por el Cpccs-t, el país cuenta con una Corte Constitucional integrada por profesionales con larga experiencia al servicio del derecho y muy especializados en derecho constitucional. La flamante CC estará presidida por Hernán Salgado Pesántez, suficiente garantía por su honestidad profesional, intelectual y ética, con muchos años de servicio en la CIDH, en la misma Corte y en la cátedra universitaria.

En esta difícil etapa que se inicia, a Salgado Pesántez le acompañará Teresa Nuques como Vicepresidenta y los distinguidos constitucionalistas y maestros universitarios Agustín Grijalva y Ramiro Ávila, autores de valiosos trabajos académicos y de brillante trayectoria sin mácula. Se completa la Corte con Alí Lozada, Daniela Salazar, Enrique Herrería, Carmen Corral y Karla Andrade.

El trabajo será arduo para recuperar el perdido prestigio, y para resolver más de 14 mil causas acumuladas sin razón o por intereses políticos o económicos a los que solían dar prioridad, algunos de los jueces de los últimos períodos que, con sus actuaciones, deterioraron al más alto Tribunal de la República, hasta convertirlo en comisaría de última categoría.

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