África brilla

Cuando se habla del continente africano, se tiende a mirarlo con desconfianza y cierta superioridad, sin tomar en cuenta su rol y que los orígenes de la raza humana, están en África. Vale con un par de ejemplos, de los que fui testigo en Seúl, en el que se concedieron premios mundiales a iniciativas africanas.

La primera, promovida por una mujer, una modelo exitosa, autora de libros y actriz, Waris Dirie, quien habiendo sufrido mutilación genital en su natal Somalia, se ha dedicado a luchar contra esta práctica que se dice está basada en preceptos religiosos y culturales, pero que no tiene nada de eso, ocasiona dolor, mutilaciones, humillaciones y hasta muerte. Sufren esta horripilante práctica millones de niñas y jovencitas en los países musulmanes. Solamente la acción contundente de los países con las leyes adecuadas, pero sobre todo la educación de las propias mujeres va a cambiar esta costumbre que tanto daño hace.

El premio Sunhak a la Paz fue concedido a un científico de la agricultura, que siguiendo los pasos de la denominada revolución verde, busca salvar del hambre a millones de sus conciudadanos de toda África. En el Banco de Desarrollo de África, hace crecer iniciativas inéditas entre los beneficiarios.

Akinwumi A. Adesina sabe que la forma de promover desarrollo es llenando el estómago de niños y adolescentes, de comida de buena calidad, lo que va de la mano también con la educación.

La agricultura innovadora y la promoción de la buena gobernanza en África son las responsables de una transformación: cadenas de distribución, semillas y capacitación a los agricultores a través de sus celulares y milagros en producción y nutrición. África brilló en la entrega de estos premios, y seguirá haciéndolo al ritmo que sus propios hijos le impongan.

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