Adolfo Coronel Illescas
Nueve candidatos a la alcaldía de Loja, siguen buscando votos con propuestas y promesas, que logren convencer al electorado, que aún marca un alto porcentaje de indecisión.
De lo que hemos podido leer y escuchar se advierte coincidencias de objetivos y planes de trabajo en: vialidad, vivienda, producción y emprendimiento, ordenamiento y seguridad, salud, turismo, cultura, arte y deporte, entre lo más destacado. Aunque no se reflexiona sobre el financiamiento, peor aún con un Municipio limitado. Por eso es necesario los debates entre candidatos, para digerir sus propuestas, ir separando la paja del trigo y tomar una mejor decisión.
Sin embargo, la mayoría de aspirantes, entre sus planteamientos, se olvidan de intentar al menos, un cambio de actitud que nos contagie a todos hacia una gestión asociada, consensuada, unida, que es lo que hace grande a los pueblos. Es decir, aquella virtud que entre los lojanos es esquiva, la unidad. Unidad para cambiar la agria querella personal por el encuentro auténtico de voluntades, tan necesaria para que todos los propósitos se hagan realidad. Unidad para regenerar vínculos y crear comunidad entre quienes vivimos en la ciudad. Unidad, porque caminar solos o como vecinos distantes, es repartir con metralleta el fracaso. La unidad es el camino de la reivindicación.
En esta misma línea es necesario escuchar una y otra vez a los candidatos, asumir la responsabilidad, junto al pueblo, de alzar la voz cuando de defender los derechos de Loja se trate. El centralismo gubernamental ha sido para nosotros una especie de pecado original. Cierto es que más de un alcalde se la ha jugado el todo por la descentralización y la desconcentración, pero tal vez nuestra indiferencia y los políticos serviles del gobierno de turno, han impedido para Loja un trato con igualdad, justicia y respeto. Pienso que no hay lojano que no sienta el agravio de la preterición, ni deje en silencio la protesta. Aunque la política apasiona y también divide, el alcalde debe ser el primer ciudadano que inyecte ánimo y valor, para con decisión y coraje encontrar “la forma de reconciliar la igualdad con la diferencia”. Por ello, si están buscando votos, háganlo también con devoción cívica y fe patriótica. (O)