Listas rojas ponen en alerta a investigadores y autoridades

PELIGRO. La preñadilla es un pez que se encuentra en peligro crítico de extinción. Es endémico de Imbabura. (Foto: Archivo)
PELIGRO. La preñadilla es un pez que se encuentra en peligro crítico de extinción. Es endémico de Imbabura. (Foto: Archivo)

Estudios realizados en los últimos años por especialistas que contribuyeron a la construcción de nuevas listas rojas de especies de flora y fauna, bajo criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), dan cuenta que en el país existen 40 especies en Peligro Crítico (CR), 3 localmente Extintas (LE), 114 vulnerables (VU), 71 en Peligro (EN) y 162 Casi Amenazadas (NT), según el Programa Paisaje y Vida Silvestre del Ministerio del Ambiente (MAE).

Las nuevas listas que se actualizaron después de 11 años, y fueron dadas a conocer ayer, se enfocaron en aves, peces de agua dulce, orquídeas y palmas. No se presentó el informe de la lista roja de peces marinos (tiburones y rayas) y tampoco de los anfibios.

Según el investigador asociado de la universidad Ikiam, Mauricio Ortega, las investigaciones sobre los anfibios aún continúan, pero adelantó que por lo menos el 90% de las especies evaluadas con anterioridad tienen errores de identificación, y que las amenazas latentes son la deforestación, los efectos del cambio climático, la pérdida del hábitat y la infraestructura urbana.

Se intentó levantar una lista roja de insectos, en los que se pretendía incluir a arácnidos y escarabajos, pero no avanzó por la ausencia de suficiente información, indicó Karina Rhon, del proyecto Paisajes y Vida Silvestre.

Las aves, una preocupación

En cuanto a las aves, Luis Carrasco, vocero de los ocho investigadores pertenecientes a varias organizaciones, informó que la lista de las especies en peligro prácticamente se actualiza después de 17 años. El último registro fue en 2002.

La reciente evaluación separa a las aves de Galápagos con las del continente y contribuyó a recategorizar a muchas especies.

Más de 50 especies de los bosques del Chocó, al noroccidente de Ecuador, bajaron de categoría a vulnerable; y al menos 35 de la Amazonía están en serios problemas.

En el continente 197 especies no fueron evaluadas. Mientras que de las 1.447 que fueron evaluadas, 312 especies de aves están en alguna categoría de amenaza, 1.126 en preocupación menor y 9 con datos insuficientes. De las especies enlistadas, el mayor número se encuentran en los Andes. Y tomando en cuenta los hábitats, las aves con algún grado de amenaza están en los bosques tropicales de las zonas bajas, seguido por bosques montanos, secos, humedales.

En Galápagos existen 119 especies no evaluables y de las 61 que fueron evaluadas, 42 están en Peligro de Extinción, 16 en Preocupación Menor y 3 con Datos Insuficientes. Las especies terrestres tienen un mayor número en varias categorías, seguidas de las marinas y costeras.

Primera lista de peces

Esta es la primera documentación que se presenta en torno a la situación de los peces de agua dulce en el país. 15 investigadores científicos participaron en su elaboración, informó el ictiólogo Jonathan Valdiviezo.

El mayor número de peces incluidos dentro de la lista roja está en la Amazonía con 109 especies, mientras que 14 están en la Sierra y 40 en la Costa.

De esa totalidad se encontró que 66 especies tienen datos insuficientes, 62 están en la categoría de Preocupación Menor, 15 son Vulnerables, 13 Casi Amenazadas, 6 en Peligro y uno en peligro crítico.

En las especies vulnerables se describen los grandes bagres, el bagre pintadillo, las rayas, el paiche, algunas especies de sardinas, la corvina de agua dulce.

Mientras que el pez que se encuentra en peligro crítico es la preñadilla, una especie que mide en promedio 13 cm y pesa 10 gr, endémico del sur de Imbabura. Se lo encuentra en la cuenca del lago San Pablo y es amenazado por la contaminación de las aguas.

Estas listas calificadas de rojas, en las que se incluyen a las especies con algún grado de peligro, servirán para continuar con investigaciones y para que las autoridades adopten las políticas necesarias para su protección. “Estos resultados ayudan a la conservación de las especies”, manifestó Janeth Romero, coordinadora nacional de la Unidad de Vida Silvestre del MAE. (CM)