Museo Etnográfico cuenta la historia de la nacionalidad tsáchila

destino. 15 son los puntos que los turistas pueden conocer en el museo, uno de estos donde realizan las ‘limpias’.
destino. 15 son los puntos que los turistas pueden conocer en el museo, uno de estos donde realizan las ‘limpias’.
OBRAS. En el museo, los tsáchilas también ofertan sus artesanías.
OBRAS. En el museo, los tsáchilas también ofertan sus artesanías.
AMBIENTE. Las casas donde se encuentra cada uno de los puntos de visita están adaptados con objetos naturales.
AMBIENTE. Las casas donde se encuentra cada uno de los puntos de visita están adaptados con objetos naturales.

En la comuna Chigüilpe se ubica el Museo Etnográfico Tsáchila, donde se recogen vivencias, costumbres y tradiciones de la nacionalidad. Augusto Calazacón junto a su hijo Henry son los mentalizadores de este espacio, que cuenta con cabañas de caña guadúa y paja toquilla, simulando a las viviendas ancestrales de estos indígenas.

Los tsáchilas están ahí; descalzos sobre la tierra, con el torso descubierto y lanzas en las manos. Vivos para conocerlos de cerca. No hace falta hurgar en álbumes de fotografías en blanco y negro para saber más sobre su cultura. Tampoco acercarse a las vitrinas iluminadas de una galería para diferenciar de qué están hechos los collares que llevan puestos.

“Son semillas silvestres y dientes de saíno (cerdo salvaje) atados con hilo negro”, comenta el tsáchila Augusto, de 59 años. Cuando camina por los senderos de su comuna, se escucha el sonido de las semillas rojas y negras chocando sobre su cuello. “Sirven para protegernos de las malas energías”, comenta.

Se muestra su historia
Los turistas que llegan al museo tienen la oportunidad de conocer, mediante un recorrido, las plantas medicinales que se encuentran en su hábitat y que utilizan los vegetalistas y ponés (sabios) de la nacionalidad.

Henry Calazacón menciona que han logrado recuperar flora que se estaba extinguiendo, como la que usaban sus antepasados para la mordedura de serpientes, que ayudaban a mantener el cuerpo con signos vitales hasta llegar a un hospital.

“Este museo es para indicar la esencia de nuestra historia, puesto que estamos muy relacionados con utilizar los elementos de la naturaleza”.

El lugar no cuenta con paredes de bloque ni de cemento, es una exhibición al aire libre de cómo vivían antiguamente los tsáchilas cuando se asentaron en la zona selvática de Santo Domingo; por ellos existen cabañas hechas con caña guadúa y paja toquilla, similares a las viviendas de sus ancestros.

Ceremonias
En las chozas se realizan los rituales ancestrales, que cuentan con los materiales necesarios que se utilizan para las ceremonias, como el urumalá, que es una bebida hecha con hierbas nativas con el fin de ayudar al shaman a realizar los cánticos y limpiezas.

Agusto Calazacón pertenece a la cuarta generación de shamanes de su familia. Indica que aún mantiene las tradiciones de sus ancestros, como el uso medicinal de la ayahuasca, que la comparte con los visitantes que buscan sanación física y espiritual. “Hay una mala interpretación sobre el uso de esta planta, nosotros la utilizamos como medicina y como conexión a la naturaleza”, añade.

En el museo también se aplica la medicina ancestral, como los ungüentos para dolores de cabeza, malestar en el cuerpo, estrés y más. En la actualidad se promociona una pomada hecha con achiote que, de acuerdo con Calazacón, se ha comprobado que ayuda a sanar enfermedades como el reumatismo.

La muestra de artesanías también tiene un espacio en este lugar, pues se vende a los turistas tejidos hechos por las mujeres de la nacionalidad. Son elaborados en telares manuales con la misma técnica que hacían sus ancestros. “No hemos perdido la manera de elaborar los tejidos, aún nos vestimos con estos y los mantenemos”, sostiene Henry Calazacón. (DLH)

Contacto
° El Museo se ubica a 3 km de la entrada que está en el km 7 de la vía a Quevedo. Quienes deseen contactarse con los propietarios de este lugar para conocer pueden comunicarse al: 09 86 78 66 91