Luis Muñoz Muñoz
Las huestes de Correa para las elecciones que se aproximan han seguido un plan estratégico preconcebido e impuesto por el exmandatario, para infiltrarse de cualquier manera como candidatos al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.
No le interesa a Correa ganar elecciones en otros organismos, sino única y exclusivamente volver a tener el control de ese organismo, que será el “caballo de Troya”, para su retorno.
Este organismo abrirá el camino para que se realicen concursos falsos, que servirán de biombo, para repartir los cargos de fiscalización entre parientes y militantes. No haber acabado con el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, en la Consulta Popular pasada, solo tiene explicación en la necesidad ineludible de desmontar el enmarañado aparato estructural para gobernar, armado tramposamente por Correa y su camarilla, para quedarse en el poder y cubrir su retirada, objetivo que lo ha logrado en parte, porque aún existen en organismos de control y con poder de decisión funcionarios del correato, que dificultan las investigaciones y la sanción a sus “compinches” que quebraron al país.
Debemos esperar que los miembros del nuevo Consejo de Participación sean sensatos, demócratas convencidos, incorruptibles, con independencia total del poder Ejecutivo, para no volver a caer en el mismo circulo vicioso, que lo tramó Correa, con el asesoramiento de René Maugé, conocido por su accionar en el Partido Comunista del Ecuador, que no se muestra visible, para continuar con la estrategia y táctica de la revolución.
Por ello hay que identificar a los correístas y comunistas identificados con el Gobierno anterior y negarles el voto para que nunca vuelvan quienes hicieron del país su “modus vivendi”. El Consejo de Participación Ciudadana es un adefesio, que obedece las órdenes del Jefe de Estado y debe desaparecer mediante consulta popular, independientemente de los resultados electorales. (O)