Murió la custodia de saberes de la cultura manteño-huancavilca

PERSONAJE. América Orrala  fue una de las últimas mujeres dedicadas a la confección de vasijas de barro con técnicas tradicionales. (Foto: Archivo El Universo)
PERSONAJE. América Orrala fue una de las últimas mujeres dedicadas a la confección de vasijas de barro con técnicas tradicionales. (Foto: Archivo El Universo)

La maestra alfarera Cesárea América Orrala Suárez, quien fue declarada en agosto de 2013 como patrimonio vivo del Ecuador, dejó de existir el 3 de marzo de 2019, y dejó su legado patrimonial a su natal Santa Elena.

La octogenaria mujer, quien trabajó por más de 70 años en la alfarería y la agricultura en la comuna El Morrillo, fue reconocida por el Ministerio de Cultura como custodia de los saberes ancestrales de la cultura manteña-huancavilca, junto a ocho hombres y mujeres que han sabido mantener vivos los usos y costumbres de sus comunidades, por poseer el conocimiento ancestral de la técnica para la elaboración de las vasijas de cerámica.

América fue una de las últimas mujeres dedicadas a la confección de vasijas de barro con técnicas tradicionales y trabajó a tiempo completo a la alfarería. Capacitó, en su taller demostrativo, a mujeres, niños y niñas de la comunidad en esta técnica tradicional, oficio que la convirtió en una líder de su pueblo, señaló el Ministerio de Cultura en un comunicado de prensa.

Transmitió sus conocimientos
El conocimiento y el trabajo de América fue validado por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INP) y por la Casa de la Cultura de Santa Elena, institución a la que se integró como parte del grupo de activistas culturales.

En 2013, cuando fue reconocida como custodia de saberes por el Ministerio de Cultura, doña América contó que preparar el lodo, amasarlo y dar forma a las ollas, tiestos, alcancías, adornos y más objetos que elaboraba, no era nada fácil. Que el arte de la alfarería lo aprendió de su madre y abuela cuando era niña, a manera de juego, pero que después se convirtió en parte de su sustento económico.

El conocimiento de alfarería lo tienen ahora sus hijas, quienes también aprendieron el oficio desde pequeñas. Ellas son parte del gran número de habitantes de El Morrillo que mostraron interés por aprender y preservar la herencia cultural.

El Ministerio de Cultura señala que su fallecimiento deja un vacío importante en Santa Elena, que la considera un referente cultural por sus conocimientos de alfarería ancestral y por haberlos transmitido a varias generaciones de la provincia y de otros lugares del país. (CM)