Que se escuche el silencio

MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA

“Si no tienes para decir nada mejor que el silencio, entonces quédate callado”; este dicho muy sabio cabe resaltar, tuve la suerte de leer en alguna ocasión, para mí resume la importancia de no hablar de más y saber callar a tiempo.

Estamos en tiempo de silencio electoral y siento que no hay mejor momento que este, pues durante todo el tiempo que estuvo destinado a la realización de las diferentes campañas, solo ha primado el insulto y el desagravio. Siendo así y aplicando la máxima con que empecé el escrito, muchos debieron para satisfacción de la ciudadanía, permanecer en silencio.

En este tiempo destinado a la reflexión profunda, en la cual tenemos la posibilidad de replantearnos que queremos como ciudadanos para nuestra ciudad y provincia, debemos también hacer énfasis en sumo grado en qué ya no queremos y es que esta parte que debería ser la más sencilla, es la que a veces se complica, porque si bien por un lado sueños y anhelos, tenemos todos y es sencillo dejarnos llevar por aquel que más ofrece; pero, por sobre conocer de qué ya estamos cansados se complica y es un poco más difícil de distinguir, por la fuerza de la costumbre.

Por ello es imperativo este silencio, en que el barullo, la exaltación a sí mismo y la extrema exposición de un candidato nos puede obnubilar y hacernos sucumbir ante el ruido atroz de tanta carreta vacía que suena a su paso ensordeciendo el ambiente.

Aprovechemos esta ocasión para descansar de pensamientos ofensivos con los que se ha marcado esta campaña, porque cabe recalcar, estamos en Cuaresma, siendo así el ayuno de ideos negativas, la oración para limpiarnos de tanto insulto y la caridad para mirarnos como hermanos y ser uno solo, es el mejor camino de preparación para estos tiempos de tanta tribulación.

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