Redacción ESMERALDAS
En el padrón electoral de la parroquia Tululbí, cantón San Lorenzo algo no cuadraba. Los apellidos Zambrano, Cedeño y otros, no coincidían con los Mina, Quintero, Corozo y Caicedo que se repiten en las 1.400 familias de la zona.
Cuando ayer llegó el primer bus con los de apellidos ‘raros’, el pueblo intentó reaccionar, pero se calmaron. Sin embargo, en la tarde, cuando se sumaron otros carros, todo cambió. Primero gritos, empujones hasta que se apropiaron de urnas y papeletas electorales.
Muy cerca estaban militares y policías, con armas y equipos antimotines que no activaron frente a los revoltosos. Y justó allí empezó el pueblo a llevarse el material electoral y lo quemaron. En ese momento, los del Consejo Nacional Electoral (CNE) ordenaron suspender las votaciones.
En 30 días se estima hacer la nueva convocatoria, lo dijo en entrevista televisiva la presidenta Nacional del CNE Diana Atamaint. Y no dijo más del tema. En Esmeraldas tampoco se habla oficialmente de aquello.
En Tululbí, su gente sí desea volver a votar para tener sus autoridades seccionales, pero quieren que se depure el padrón electoral. Afirman que unos 400 no viven en la fronteriza parroquia donde el hombre negro es dominante del lugar. Como respaldo muestran documentos firmados por el CNE en el que le advierten de cambios de domicilios dudosos. (MGQ)
