Prosur

Franklin Barriga López

En Santiago, en el palacio presidencial de La Moneda, se llevó a cabo un acto de especial trascendencia no solamente para Sudamérica sino para todo el continente americano.

Nació el Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur), que lo integran Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay y Perú. Se le ha identificado como espacio de diálogo y colaboración, cuyas decisiones permitirán avanzar en áreas prioritarias como infraestructura, energía, salud, defensa, seguridad, combate al crimen organizado y desastres naturales.

Es necesario relievar el marco en que se desenvolverá este nuevo organismo internacional: su identificación plena con la vigencia de la democracia, la libertad, los Derechos Humanos y la separación de poderes del Estado, lo que contrasta, y en buena hora, con el proceder de lo que llaman socialismo del siglo XXI que tanto alboroto y desventura ha causado y sigue produciendo en los países que todavía le toleran. Basta referirse a Venezuela para tener la prueba más dolorosa, gráfica, estremecedora de lo que sucede a los pueblos que caen en las redes de gobiernos cercanos al totalitarismo.

En el cónclave de Santiago, ante sus colegas de los países mencionados, el presidente Lenín Moreno denunció que Nicolás Maduro, con fines desestabilizadores, por intermedio del Banco Económico y Social de Venezuela ha efectuado trasferencias por 281.000 dólares para Rafael Correa y algunos de quienes fueron sus colaboradores, como canciller, exministro de Finanzas, gerente del Banco Central, secretario de Rentas, es decir gente de completa confianza del exmandatario que vive en Bélgica.

Estas denuncias no deben quedar simplemente en la retórica. Intervencionismos de esa naturaleza atentan a la soberanía de los países.

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