Carta a Jorge Yunda

Pablo Escandón Montenegro

Estimado Alcalde electo. Ya que está armando su gabinete metropolitano, le escribo para que se aproveche de lo más cercano que tiene. Gente como un Jalal y un Rodrigo pueden funcionar como sus representantes en cultura. No es una joda, una ironía o un sarcasmo. Sería lo más adecuado para la ciudad, ya que es tiempo de un recambio generacional y que se eliminen las poses de intelectualidad o de artistas consagrados en el sector cultural de la ciudad.

Los “consagrados” e “intelectuales” que pasaron por la Secretaría de Cultura han ayudado a que los directivos solo engrosen su hoja de vida, mientras que la ciudad no ha tenido proyectos culturales sólidos ni con proyección. No, esto no es una vacilada, sino una propuesta seria. La juventud que conoce a la juventud debe tener espacio para dar cabida a proyectos comunitarios, a desarrollo cultural acompañado y no solo acciones que suban la popularidad de las autoridades.

Se requiere de gente nueva que haya gestionado, promovido e investigado la cultura, para que establezca un verdadero proyecto de ciudad, no solo con festivales, sino con procesos educativos sustentados en el uso de nuevos formatos y contenidos en las inexistentes bibliotecas o en los centros culturales, con la finalidad de que convoquen a los ciudadanos, no porque sea gratuito sino porque sea bueno. La ciudad requiere de espacios de desarrollo cultural, fuera de los edificios tradicionales y conocer las necesidades y usos de los habitantes sobre arte y espectáculos. Requiere pensar en las industrias creativas y en la gestión sustentable. El nombre es lo de menos, no solo Jalal o Rodrigo, puede ser Paola o Xavier; que sean jóvenes que no estén contaminados por los beneficios de las autoridades actuales y que piensen en la ciudad como un espacio común y no como una plataforma para su carrera.

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