La noche del duelo

Maritza Beatriz Morquecho

Marlene es madre de Mía, una hermosa nena de cuatro años quien tiene Síndrome de Down y nació con una cardiopatía congénita que en sus primeros meses de vida la puso en riesgo.

Esta madre con mucha emoción habla del profundo amor por Mía. Al principio no fue así. Su llegada fue una sorpresa, los médicos jamás le detectaron el Síndrome de Down (SD) y ella no estaba preparada para recibir la noticia. Marlene comenzó a vivir un duelo interno y una gran tristeza, porque no sabía ¿qué debía hacer con su hija? Muchas preguntas y sentimientos de culpa rondaron su mente por muchos meses. “No se cuidó, tal vez su edad, trabajó mucho“. A esto se sumó la admiración, disfrazada de lástima de sus familiares y amigos, que al enterarse de la noticia preguntaban: ¿Por qué nació así? Este sentimiento fue apagado de una forma silenciosa, conforme ha ido creciendo Mía. Pues la bebé que parecía frágil, fue sometida a una operación de corazón y sobrevivió, los médicos dijeron que su desarrollo sería lento, que tardaría en hablar, en caminar y en fin. Lo cierto que la pequeña a sus cuatro años ha superado sus limitaciones.

En este buscar apoyo, encontró a AsoDown Loja una entidad creada para dar apoyo a los padres que viven esta realidad. “Compartir las experiencias, hablar sobre la discriminación y el prejuicio de la gente. Conocer de otros niños como Mía me ha sanado”. Vivir la noche del duelo es muy duro, para algunos puede durar meses para otros para siempre. Lo cierto es que aprender a aceptar la realidad de nuestros hijos es el primer paso para superarlo. El diagnóstico nunca determinará las capacidades de nuestros hijos. Por ello se requiere de programas que eduquen a los padres y brinden la asistencia sicológica para que puedan avanzar en el proceso de apoyar a sus hijos a salir adelante y alcancen una vida plena. (O)