La Fiscal General del Estado, Diana Salazar, pronunció un corto pero sustancial discurso ante sus colegas. “Conozco desde adentro nuestra institución, sus necesidades, fortalezas y debilidades”, dijo. Recordó que antaño, en sus comienzos en la Fiscalía, no tuvo escritorio y las causas las acumulaba en un pasillo. Queda claro entonces que cual es el terreno que pisa y con quienes deberá transitarlo.
Estableció un objetivo común para su trabajo y el de la Fiscalía en todos los niveles: “Servir de forma eficiente, eficaz y honesta” a la sociedad. Transparencia, imparcialidad, diligencia, el trabajo en equipo y “garantizar el derecho de acceso a la justicia de los usuarios y las víctimas del delito” serán los parámetros esenciales, “los derroteros de la gestión” en los próximos seis años que dura su mandato.
Quiere dejar atrás el desánimo y frustración que el trabajo de la Fiscalía deja en la ciudadanía. Por eso es significativa la meta con que desafío a fiscales y funcionarios: ajustar sus “comportamientos, hábitos y métodos de trabajo a los cambios internos y las demandas externas”. Un mensaje explícito para los operadores de justicia que, durante años, forzaron la Ley y las instituciones en beneficio propio o de los que les mandaban.
“Comportamiento” es una palabra muy significativa en el discurso de la nueva Fiscal, por sus claras implicaciones éticas. En verdad, son otros tiempos para la Fiscalía, no solo porque la encabeza una mujer afrodescendiente, sino porque se trata de una persona en la que muchos ecuatorianos han depositado su confianza y sus esperanzas de tener, por fin, una justicia plena.
El pasado no se puede cambiar. El futuro está aún en su poder”. Mary Pickford Actriz canadiense (1892-1979)
Qué orgullo descubrir que nada te pertenece: qué revelación”. Emil Cioran Filósofo rumano (1911-1995)