Lo que vale un asambleísta

Patricio Durán

Los asambleístas, sean de la tendencia que sean, vienen a costar, unos con otros, sesenta millones de dólares al año. La Función Ejecutiva viene a costar a los ecuatorianos treinta y tres mil millones. La Función Judicial, quinientos noventa y siete millones. La Función de Transparencia y Control Social, doscientos ochenta y cuatro millones y la Función Electoral, ciento trece millones.

La Función Ejecutiva es sin duda la más costosa. O sea, que la democracia se hace con dinero. La democracia capitalista, claro; y ni se diga de la “democracia del socialismo del siglo 21” que dejó en soletas las arcas del Estado y más aún con una tremenda deuda que tenemos que pagar todos los ecuatorianos. Dicen que cada ecuatoriano tiene una deuda de más o menos cuatro mil dólares, lo mismo que gana un asambleísta mensualmente. No gana ni ocho mil ni nueve mil dólares mensuales, como suele creerse.

La Asamblea Nacional es el órgano que ejerce la Función Legislativa de la República del Ecuador, conformada por 137 asambleístas, repartidos en 12 comisiones permanentes. Hasta el año 2007, el organismo que ejercía el poder legislativo era el H. Congreso Nacional del Ecuador, mismo que fue eliminado por la novelería revolucionaria de Rafael Correa al implementar una Asamblea Constituyente para que redacte una nueva Constitución.

Como podemos ver, la Asamblea Nacional es la menos onerosa al erario nacional y la que tiene menos empleados de las funciones del Estado ecuatoriano. Sin embargo, hay voces que despotrican contra los asambleístas diciendo que ganan mucho, y no es así. Es más, los asambleístas, en los últimos cuatro años, han realizado dos disminuciones en su sueldo.

Debemos recordar que sin la Asamblea Nacional no hay democracia, porque en ella se reflejan todas las tendencias políticas.