Experiencias en vivo

Pablo Escandón Montenegro

Hoy es el ritual de “La Reseña”, como es su nombre oficial, pero también es conocido como el “Arrastre de caudas”, en la Catedral Metropolitana de Quito. Un rito cristiano que data de las prácticas funerarias de los legionarios romanos. Un sincretismo cultural y religioso, como somos los quiteños. Las caudas son las grandes colas de las capas que llevan los obispos, miembros del cabildo religioso, con las que arrastran los pecados de los fieles que acuden a la ceremonia con sus celulares mientras transmiten en vivo por Twitter, Instagram o Facebook Live.

La Semana Santa se ha convertido en un atractivo turístico de la ciudad, con sus conciertos de música sacra, con las visitas a los templos, la fanesca y la procesión del Jesús del Gran Poder.

El espectáculo se ha tomado la vida espiritual y el turismo. Es lo que prima en esta semana: aumentan las imágenes de la fanesca, las del “Arrastre de caudas”, las de los cucuruchos y las Verónicas. Las redes y los medios sociales explotan con experiencias de los testigos/ turistas, de los participantes que todo lo documentan y difunden.

La Semana Santa es un pretexto para mostrar en la esfera digital que nuestra ciudad es rica en tradición judeo-cristiana, en experiencias culturales gregarias y místicas, y que el Centro Histórico es un espectáculo. Todos aportamos, cada usuario engorda el hashtag del año y de la actividad, para que el mundo sepa que nuestros ritos de penitencia son difundidos y que mezclamos el recogimiento, el arrepentimiento y el castigo con formas contemporáneas de participación en grupo.

Nos destacamos con nuestra mirada y particular perspectiva, pero que es nuestra experiencia. Estar en modo “en vivo” es la experiencia espiritual/material de esta semana. La nueva forma de expiar y hacer penitencia.

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