Día del servidor público

Lucía Margarita Figueroa Robles

Luego de vivir una semana de reflexión, cambio de actitud, meditación con Dios y paz interior en la Semana Santa, es el momento de retomar nuestras actividades diarias, tanto las familiares como las laborales, garantizándole a nuestro país servicios de calidad y calidez como ideal en la construcción de un mejor Ecuador. Y es que si no somos servidores públicos, alguien de nuestra familia o círculo de amistades si lo es, y a propósito de encontrarnos próximos a conmemorar el Día del Servidor Público Ecuatoriano, en honor a los trabajadores que exigieron ante la Asamblea Constituyente igualdad de derechos y mayor estabilidad hace más de 50 años, deseo a través de estas cortas líneas, expresar mis sinceras felicitaciones a todos quienes se esfuerzan cada día por ser mejores personas, mejores profesionales y mejores ciudadanos, porque sin duda alguna dentro de las cualidades para alcanzar el éxito, están la amabilidad, equidad, respeto, cortesía y una buena conducta para crecer en el servicio que se presta día a día.

Hoy que reconocemos la labor y su importante legado, es la fecha propicia para impulsar desde nuestro entorno que se reivindique una mayor consideración hacia la labor y mejora de las condiciones de trabajo de los funcionarios del estado.

Mi honor a los compañeros servidores públicos de los diferentes rincones de la Patria, que son piezas claves en el desarrollo de las actividades encomendadas, siendo ejemplo de lucha, dedicación y constancia, efectuando su trabajo para el desarrollo del país y no por fines individuales o egoístas. Estimados servidores públicos, reciban mi enhorabuena por un año más de lucha y esfuerzo, no olvidemos que si caminamos solos llegaremos más rápido, pero si caminamos juntos, llegaremos más lejos. (O)