Una voz que nos represente

La focalización de los desayunos escolares y los uniformes, el problema de los subsidios al diésel y a la gasolina de los transportistas, y el nuevo tarifario del alumbrado público tuvieron una vida asombrosamente efímera. El Gobierno dio marcha atrás en cada uno de estos temas, por solo mencionar algunos en los que se ha dado un paso adelante y dos hacia atrás. Para tomar esas decisiones, ¿se hicieron estudios serios?

Quienes proponen esas medidas, ¿informaron con profundidad los pros y los contras de ellas? El método de “ensayo y error”, también conocido como “prueba y error”, el de “probar una alternativa y verificar si funciona” es útil en algunos asuntos académicos, pero contraproducente cuando se les aplica a asuntos de alta sensibilidad popular. Se puede llegar a tener la sensación que se nos trata como si fuéramos simples “conejillos de indias”. Una sociedad desigual, descohesionada y conflictiva, ¿cómo enfrentar estos problemas históricos sembrando incertidumbre? La ineficacia, improvisación e ineficiencia gubernamentales son evidentes. La crisis no solo ha producido un drástico debilitamiento político y económico, sino también en cuanto a la credibilidad de quienes tienen en sus manos la dirección del Estado.

La reducción de la pobreza y la falta de protección social, ¿se podrán revertir en este escenario? Con este accionar en materia de enfrentamiento y solución de las crisis que nos agobian, ¿cómo llevar adelante un plan de desarrollo serio con semejante manejo de los problemas económicos que generan un creciente desempleo y empleo inadecuado? Se necesita una voz fuerte y fundamentada que nos represente.


Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se vuelve”. Martin Lutero Reformador religioso alemán (1483-1546)

De vez en cuando di la verdad para que te crean cuando mientes”. Jules Renard Escritor y dramaturgo francés (1864-1910)