La fusión entre Petroecuador y Petroamazonas enfrenta tres grandes retos

EMPRESAS. Petroecuador y Petroamazonas entrarán en proceso de unirse, pero antes deben resolver inconvenientes.
EMPRESAS. Petroecuador y Petroamazonas entrarán en proceso de unirse, pero antes deben resolver inconvenientes.

A pesar de que el 2 de abril de 2018, durante la presentación del ‘Plan de Perfeccionamiento Empresarial’ en el sector público, el Gobierno anunció la fusión de Petroecuador y Petroamazonas, recién el 24 de abril, mediante la emisión del Decreto Ejecutivo 723, se puso al 31 de diciembre de 2020 como plazo máximo para el proceso.

Además, se estableció que todo será gerenciado por una Unidad Temporal de Fusión que se creará dentro de Petroamazonas. El financiamiento vendrá de ambas compañías.

Deuda acumulada
Sin embargo, la fusión de las dos estatales enfrenta tres grandes retos para llegar a un resultado óptimo y beneficioso para el país. El primero de los escollos es la deuda acumulada que tendría que manejar la nueva gran empresa pública.

Así, según el último boletín de deuda, elaborado por el Ministerio de Economía y con corte a marzo 2019, las deudas del Estado con las petroleras públicas ascienden a 3.017 millones de dólares.

Este problema, de acuerdo con el ingeniero petrolero Vinicio Mendoza, inició porque ninguna de estas empresas tiene autonomía presupuestaria, pues sus ingresos por operaciones son depositados en una cuenta única del fisco y luego son redistribuidos, según las prioridades del Gobierno. “Se debe hacer cambios legales y de procedimientos para dar viabilidad a la fusión”, comenta Mendoza.

Nómina y falta de transparencia
El segundo reto es la optimización del personal. A marzo de 2019, la nómina de Petroecuador incluye a 4.349 personas, mientras que la de Petroamazonas abarca a 7.188 funcionarios. El gasto total, entre las dos empresas, asciende a 24,12 millones mensuales, o sea, más de 289 millones al año.

EL DATO
En abril 2010, Petroamazonas dejó de ser una filial de Petroecuador.Fernado Santos Alvite, exministro de Energía, dijo que el tamaño óptimo sería de unos 5.000 funcionarios, tal como funcionaba Petroecuador antes de la división en dos empresas diferentes durante el correísmo. Pero el proceso es complejo, porque se debe precautelar que las operaciones más importantes no se vean afectadas.

El último escollo tiene que ver con la transparencia, sobre todo con el hecho de que las petroleras no tienen balances o estados de resultados, por lo que es difícil establecer la situación real, tanto financiera como patrimonial. (JS)