Equilibrio entre ser y debe ser…

Talía Guerrero Aguirre

Estamos insertos en una sociedad donde cada individuo es único e irrepetible, en el que la interacción con otras personas es inevitable, porque somos sociables por naturaleza; ya sea con compañeros de trabajo, pareja, familiares, amigos o conocidos etc., con encuentros y desencuentros. Este tema está direccionado para los adultos, porque se trata de aceptar a las personas tal cual son y para lo cual requerimos consciencia y tolerancia, producto de mucha vida y experiencia.

Comentaba una amiga que estaba dando un taller con un compañero que durante el desarrollo del mismo dejaba notar cierta actitud de descontento, así que ella opto por preguntarle si tenía algún problema; su respuesta fue negativa, sin embargo luego de unos segundos de silencio dijo: “Desde mi corazón, yo te quiero decir que estoy enojado, porque siento que no me hiciste caso en las cosas que yo quería, “No me contestaste el teléfono de la manera en que lo merezco y no me gustó como me miraste”. Era evidente que estaba hablando desde sus emociones, pero ella desconcertada simplemente sintió, que la había utilizada para descargarse.

Hay ejemplos como este en los que experimentamos desencuentros, que nos provocan malestar y nos atormentamos preguntándonos: «¿Por qué se comportó de tal o cual manera?» o «¿Por qué dijo eso?», especulando y demostrándonos así, nuestra falta de aceptación al hecho de que cada cual es como es y cada cosa es como es. Nuestra responsabilidad radica simplemente en aceptarlo, aunque eso no signifique que nos guste y dejar de enfrentarnos con todos para cambiarlos convenientemente; porque las personas no tienen que ser como queremos que sean o comportarse como necesitamos que se comporten. Lo saludable es trabajar en cambiar nosotros mismo de forma integral desde nuestro cuerpo, mente, alma y emociones, para encontrar el equilibrio que nos dejara entender con ecuanimidad, que no hay uno que sea más importante que el otro, y aceptar a los demás como son.

“De allí la importancia de enseñar a nuestros hijos desde pequeños a buscar equilibrio entre el ser y el debe ser”. (O)