El Estado agresor

Ugo Stornaiolo

Un artículo de Pablo Lucio Paredes (“cifras sencillas”), muestra datos que ratifican el título de este texto. Diez años despilfarrados, con el Estado como eje central. Al gobierno actual le quedan dos años y debe seguir gastando, cobrando impuestos y agrediendo al pueblo.

El Gobierno derrocha 40 mil millones de dólares anuales, a razón de 3 mil millones mensuales (unos mil dólares por familia). Si esa cantidad llegase a las personas sería diferente, pero es un dinero invisible, porque sirve para impuestos (cuyo beneficio se ve poco) y gasto inútil. El promedio mensual por núcleo familiar es 700 dólares (menos de dos salarios mínimos).

El Estado se queja que no hay recursos. Hay servidores públicos, enrolados en la década del terror, que no cumplen y calientan el asiento. Hay dineros inservibles, como el pago del bono a personas que no están calificadas en el quintil más bajo. El Estado subsidia a gente que se acostumbró a no trabajar, porque el bono era un programa temporal contra la pobreza.

Pero, falta plata y la mejor manera de obtenerla, ante la baja de los precios del petróleo (que, de paso, enriqueció a pocos “petro-burócratas”) es con impuestos, y así el Estado agrede a los ciudadanos. Ecuador debe ser uno de los países que más impuestos cobra en el mundo. Sin olvidar la corrupción correísta.

La salud y la educación son tareas pendientes, con hospitales públicos que no atienden a las personas y escuelas que entregan textos donde se dice que RC fue “lo mejor que le pasó al país”.

El Estado no puede seguir siendo el único generador de empleo y de productividad, porque no es su papel. Gasta recursos inútilmente y genera una situación de cierta conformidad en el sector privado, que debería estar creando fuentes de trabajo.

De esos $40 mil millones anuales, como sostiene Lucio Paredes, recibe de los contribuyentes una cifra similar. En impuestos son $ 25 mil millones (600 mensuales por familia -casi todo su ingreso-), más la renta petrolera, sin olvidar la deuda con el FMI, el BM y antes, con los chinos. Como hay que pagar la “fiesta” de los doce años, el Estado sigue agrediendo a los ciudadanos.

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