El principio del fin de Maduro

A una semana del fallido levantamiento en contra de Maduro nos encontramos con más incógnitas que certezas. El Presidente encargado Guaidó estaba más que seguro de contar con el apoyo de los militares y la información de que Maduro ya tenía un avión que estaba listo para llevarle a Cuba solo añade más confusión a una crisis que hace rato ha dejado de ser regional para volverse mundial.

Ahora los que más dialogan y tienen la capacidad dirimente para que la crisis venezolana se resuelva no son precisamente los venezolanos, si no las dos superpotencias USA y Rusia.

Según fuentes oficiales, de hecho, habría sido justamente el apoyo ruso a Maduro el elemento que habría frenado la salida del actual mandatario del poder. Sin embargo, todo apunta a que la suerte ya está echada y que solo se retrasó lo inevitable, pues Trump le lleva una gran ventaja a sus competidores rusos y no va a dar marcha atrás.

Además, Venezuela se ha vuelto una amenaza real para Estados Unidos, que no puede permitir la presencia de militares rusos en Latinoamérica. Por todo esto, Estados Unidos está mucho más dispuesta que Rusia a levantar la apuesta manteniendo viable, en última instancia, a la opción militar. Sobre Venezuela Estados Unidos no va a ceder ni un milímetro, pues la paciencia ya se agotó.

El Gobierno de USA sabe que seguir perdiendo tiempo solo le favorece a Nicolás Maduro y Trump ya no puede equivocarse, como lo hizo en su momento Bush con Chávez. Está vez las cosas van muy en serio y el fracaso del martes pasado solo puede inducirlo a tomar una solución final, sin demasiado recelo diplomático.

Por lo pronto, Trump ha de tomar como mal chiste los sermones y el llamado a la calma que están haciendo los rusos, quienes en cambio no han dudado en utilizar la fuerza en Crimea en 2014 o en respaldar incondicionadamente al Gobierno sirio, quien según muchas fuentes es culpable de la utilización de armas químicas en contra de su mismo pueblo. Venezuela no va a ser la enésima derrota en la política internacional de Estados Unidos, Maduro se irá por las buenas o por las malas y ya ni siquiera ya depende de él.

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