MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA
‘La Placita’, es una feria que se abre al público en el barrio Las Palmas, en diferentes fechas, generalmente en las navideñas o por el Día de la Madre; este pequeño rincón se ha convertido para mí en el lugar ideal para compartir pequeñas historias de éxito y también para conocer a personas trabajadoras, creativas, valientes, porque realmente emprender no es para cualquiera y esto me ha llevado a admirar a quienes lograron convertir una idea en un negocio, en un proceso que se crea de la noche al día y que atraviesa diferentes etapas, muchas de las cuales en algún momento les hizo pensar que era mejor abandonar ese proyecto, dejar dormir ese sueño.
No quiero perder esta ocasión para resaltar el valor del trabajo realizado por jóvenes esmeraldeñas, quienes se juntaron para crear y dar vida a un espacio en el cual se puedan presentar al público diferentes productos y servicios, que nacieron a manera de pequeños emprendimientos y que de a poco empiezan a proyectarse a ser futuras empresas. Tengo por costumbre conversar con los expositores y saber qué les llevó a decidirse por emprender.
He tenido la suerte de conocer jabones que trasmiten mucha paz y alegría, helados que te calientan el alma, diseños creativos que dan vida y color a tus espacios y así también, me he podido adentrar en sus deseos y anhelos y palpar lo fundamental que es tener el apoyo de sus familias y por sobre todo a creer en sí mismo. Emprender es innovar, es arriesgarse, es dormir poco y trabajar mucho, porque el emprendedor no tiene fines de semana, no conoce de feriados. Les invito amigos lectores a darse una vuelta este sábado y domingo por ‘La Placita y darles y darnos una oportunidad para compartir sus historias.