Flores para mamá

Germánico Solis

La tradición para festejar el día de la madre involucra iniciativas, cada persona encuentra una manera de celebrar, cada hijo sensibiliza su corazón y busca detalles que son urgentes manifiestos de amor. La mayoría de la gente soluciona el compromiso llevando obsequios dados por el consumismo, -inevitables al parecer- para no quedar como mezquinos y estar fuera de la moda. Para la llaneza de las madres, el halago a su corazón será el mejor presente.

Celebrar el Día de la Madre es una acción que se acostumbraba en la antigua Grecia, rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Posteriormente los romanos llamaron a esta celebración Hilaria. El cristianismo adapta esta celebración glorificando a la Virgen María, la madre de Jesús.

En nuestro país es el segundo domingo de mayo el destinado para el festejo. Sin embargo en otras latitudes lo hacen en meses diferentes. En nuestro medio todo es válido, desde las desproporciones manejadas por el marketing, hasta las más ilógicas.

Acostumbramos entregar en ese día, serenatas, almuerzos, cenas, paseos, joyas, utensilios para el hogar, viajes o tours recorriendo lejanas tierras. En la ruralidad aunque se resisten involucrarse con lo comercial, las madres reciben artefactos que endeudan a los hijos, también los sabores de las habas, mellocos, carnes y potajes cocinados con aves y carne de animales, se incluyen brindis con chicha y rematados luego con bailes, jolgorios y griteríos elevados fruto de las bebidas.

Las flores son estilo tierno para decir te quiero mamá. Adicional quizá, pero de profundo significado por su delicadeza, aroma y colores. Las flores siempre tendrán lugar en casa y en el corazón de las madres. Sin embargo, prohibitivo para el bolsillo de los ecuatorianos dependientes de un salario. ¿Quién controla los precios de buqués o sencillos ramos? Los vendedores de flores haciendo agosto en el mes de mayo.

Muchos hijos como en mi caso, alarmados por los precios excesivos de las flores, regresamos a casa, vestimos un traje acorde a la fecha y arrancando una sola rosa del jardín casero, nos presentamos con una oración en el sepulcro de nuestras madres.